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lunes, 13 de marzo de 2017

LA GUERRA ENTRE LOS DIOSES O TITANOMAQUIA: CRONO VS. ZEUS

Todo parece indicar que las leyendas antiguas tienen una profunda base en lo real, que al parecer sería el apoyo fundamental de la presencia de colonias de civilizaciones extraterrestres en nuestro mundo y las famosas “Guerras de Dioses en los cielos” como la que trata esta investigación entre Crono y su hizo Zeus, revelan que los Dioses no serían un descabellado invento de nuestros antepasados, sino una explicación a un fenómeno que de verdad ocurrió y que llegó desde lo más alto para aterrizar con sus naves e inculcar su cultura en la Tierra, cultura cuyo efecto somos nosotros.

El dios Ptah llegó a la
Tierra en una barca
celestial y reinó 9.000
años. Son 10 mil años
antes del reinado
de Urano, el padre
de Crono.
Tras su visita a Egipto en el siglo V a.C., el historiador griego Heródoto se convenció de que los griegos habían obtenido de los egipcios sus nociones y sus creencias acerca de los dioses. Y por la información que nos llegó, según la tradición egipcia los primeros reyes de Egipto no fueron hombres, sino dioses.

Al principio de los tiempos, cuando los dioses descendieron sobre la Tierra, el principal de los dioses, al que los egipcios denominaron "Dios del Cielo y de la Tierra", Ptah, fue el encargado de realizar grandes obras hidráulicas y de canalización, que lograron ganar terreno a las aguas. Ptah ubicó su residencia en la Isla Elefantina, cerca de la actual Asuán, Egipto, y desde allí controló las crecidas del Río Nilo, sentando las bases para la civilización.

Por los conocimientos egipcios sabemos que los dioses eran extremadamente longevos. Después de 9.000 años de reinado, el Dios Ptah cedió el gobierno de Egipto a su hijo Ra, que al igual que su padre llegó a la Tierra en una barca celestial. El reinado de Ra duró 1.000 años, y le continuaron en el trono cinco dioses más, Shu que era Urano para los griegos (700 años), Geb, que era Crono (500 años), Osiris o Zeus (450 años), Seth (350 años) y Horus (300 años).

Así podemos deducir que el dios celestial Shu/Urano reinó 700 años, hasta que fue derrocado por el titán más joven, Crono, con la ayuda de su madre, Gea (la Tierra). Crono se apoderó del trono de Urano y liberó a sus hermanos titanes, que habían sido encerrados en el Tártaro bajo el reinado de Urano. A pedido de su madre, Cronos hizo el primer golpe de Estado.

Preparativos de Zeus para luchar contra el rey Crono
El nombre egipcio de Crono era Keb, pronunciado Geb en griego, según Plutarco. Desde que derrocó a su padre Urano, identificado con el Váruna de India, reinaba en el Reino del Oeste según los Vedas.

Crono devorando a sus hijos, no sería
otra cosa que una alegoría a que los
mantenía encerrados en prisión.
Y los egipcios que estaban muy seguros de sus orígenes y de su historia, llamaban Aha-Men-Ptah a las tierras del Oeste (Amenta para los griegos; Amenti, en castellano), el Reino de los muertos, pero que en su traducción exacta quiere decir: Primer corazón o corazón primogénito de Ptah. (Según multitud de textos Ptah es el Dios Único, el Dios Eterno, el Todopoderoso).

Los egipcios se referían a un reino en el Atlántico que desapareció bajo las aguas (el Reino de los Muertos o Atlántida), tal como cita Platón, un reino “más allá de las Columnas de Hércules (más allá del Estrecho de Gibraltar”).

Hesíodo en su Teogonía denomina a Crono, el astuto, el más joven y el más terrible de los hijos de Urano y Gea. En la mitología griega, Crono era el principal (y en algunos mitos el más joven) de la primera generación de titanes, descendientes divinos de Gea (la Tierra) y Urano, (el Cielo). Crono derrocó a su padre Urano y gobernó durante la mitológica Edad dorada.

Rea le entrega a Crono una piedra envuelta
en pañales en lugar de Zeus.
Crono (Saturno entre los romanos) es mencionado en los Oráculos sibilinos, particularmente en el libro III, donde Crono, Titán y Jápeto, los tres hijos de Urano y Gea, tras el golpe de estado reciben cada uno un tercio de la Tierra, y Crono es nombrado rey de todos.

En la Teogonía, Hesíodo narra que Urano antes de morir vaticinó que Crono tendría un castigo justo por su crimen, los propios hijos de Crono se rebelarían contra su gobierno igual que habían hecho él y sus hermanos contra Urano.

La muerte violenta de Urano a manos de su propio hijo supone el paso a una nueva generación de dioses: Crono y su esposa Rea, dos potencias primigenias que representan, respectivamente, el Tiempo y la Naturaleza. Los romanos identificaron a Crono con Saturno, y a Rea con Cibeles.

Cueva en el Monte Ida, Creta,
donde creció Zeus.
Crono fue padre con Rea de los dioses Deméter, Hera, Hades, Hestia y Poseidón, se los tragaba tan pronto como nacían. Cuando iba a nacer su sexto hijo, Zeus, Rea pidió a Gea que pensara un plan para salvarlos y que así finalmente Crono tuviese el justo castigo a sus actos contra su padre y sus propios hijos. Rea dio a luz en secreto a Zeus en la isla de Creta y entregó a Crono una piedra envuelta en pañales, también conocida como Ónfalos, que éste tragó enseguida sin desconfiar creyendo que era su hijo. Según una leyenda arcadia recogida por el geógrafo griego Pausanias en su Descripción de Grecia, Rea logró esconder a sus hijos quinto y sexto, Poseidón y Zeus, diciendo a Crono que había dado a luz un equino, y le dio un potro para que se lo comiera en lugar de Poseidón, y en lugar de Zeus le entregó una piedra envuelta en pañales. Otra versión explica que Poseidón y Hades, fueron enviados a Frigia para ser criados al cuidado de tres cretenses.

Se entiende que Crono a sus hijos los encerraba en prisión, no los devoraba. Rea llevó a Zeus a una cueva en el monte Ida, en la isla de Creta, donde éste fue criado por los Curetes y las ninfas Adrastea e Ida. En otras versiones Zeus era criado por una ninfa llamada Adamantea. Cuando Zeus se hizo mayor, Metis dio a Crono una poción especial, que provocó que éste vomitara a los hijos que se había tragado (le reveló contra su voluntad el lugar donde estaban ocultos sus hermanos).

Los Cíclopes, Hecantónquiros y Gigantes se
encontraban prisioneros de Crono, pero Zeus 

los liberó. Clic en el gráfico para aumentarlo.
Tras liberar a sus hermanos, Zeus fue al interior de la Tierra y mató a Kampe o Campe, una criatura monstruosa mitad mujer y mitad serpiente y así sacó del Tártaro a los Hecatónquiros (Coto, Briareo “el vigoroso” y Giges “el Furioso”), de sus hombros salían 100 brazos, para que nadie se acercara, y cada uno tenía cincuenta cabezas sobre sus hombros. También libertó a los Cíclopes (Argesresplandor”, Brontes «El Atronador», y EstéropesEl Hacedor de Relámpagos”), quienes estaban prisioneros luego de ayudar a Crono a tomar el poder. Ellos forjaron para Zeus sus rayos, el tridente para Poseidón y el casco de invisibilidad para Hades. También se afirma que Zeus liberó a la raza de gigantes que se encontraban prisioneros.

Zeus y sus hermanos y hermanas procuraron de obtener armas fabulosas y numerosos aliados. Una vez armado un poderoso ejército, en el que se encontraban los Hecatónquiros, los Cíclopes y otros seres mitológicos, marcharon contra el rey Crono y los otros Titanes.

El titán Perses.
Crono también se preparó, sabía que esta lucha no sería liviana, duró 10 años y los autores clásicos, como Hesíodo que la detalla en su Teogonía, cuentan como temblaba y retumbaba el mundo. En esta batalla entre dioses participaron tanto los Titanes de primera generación como sus descendientes, eran llamados titanes, como Jápeto cuyo hijo Atlas o Atlante, era considerado como el general en jefe de su grupo que estableció sus tropas en el Monte Otris (Grecia). Otros hijos de Jápeto que fueron a la guerra de los dioses son (Prometeo, Epimeteo y Menecio). Los otros titanes originales masculinos eran Ceo, Crío, Hiperión, y Océano (que se mantuvo neutral) y su rey Crono.

Varios de los Titanes también fueron a la batalla con sus hijos, como Hiperión (Helios, Eos y Selene), las hijas de Ceo (Leto y Asteria), y los hijos de Crío (Astraios, Pallas y Perses).

Del otro bando, estaban los Olímpicos (porque su cuartel general era el Monte Olimpo, Grecia), guiados por Zeus, que declararon la guerra a la anterior generación de deidades, los Titanes. Los Olímpicos incluían a Hestia, Hera, Deméter, Hades y Poseidón; e incluso a la titánide Hécate. En su lado militaba la Océanide Estigia (una de las tres mil hijas del titán Océano y su hermana Tetis), que gobernaba sobre una extensa laguna subterránea.

Comienza la Titanomaquia
La Titanomaquia o “Guerra de los Titanes” fue la serie de batallas libradas durante diez años entre las dos razas de deidades muy anteriores a la existencia de la humanidad: los Titanes, y los Olímpicos, que llegarían a reinar en el monte Olimpo. Se la conoce también como la Batalla de los Titanes o la Guerra Titánica.

Los tres Cíclopes.
A los tres hermanos rebeldes; Zeus, Poseidón y Hades, los cíclopes les dieron armas para ayudarles a vencer. A Zeus, una lanza de truenos y rayos, a Poseidón, un tridente (con el cual se producían terremotos y maremotos), y a Hades, un casco mágico, que hacía invisible al que lo portaba (que pasó a manos del héroe Perseo años después).

En la noche anterior a la primera batalla, Zeus se puso el casco de invisibilidad, se infiltró en los campamentos del enemigo y destruyó sus armas. Y comenzó la guerra entre los dioses.

Del mismo modo que ayudaron a Zeus, Poseidón y Hades, los cíclopes le hicieron el arco y las flechas a Artemisa. Sin embargo, en medio de estas luchas por el poder, un día Zeus de pura envidia, mató a quién tenía el don de la sanación, Asclepio (Esculapio para los romanos), hijo de Apolo, por lo cual Apolo en venganza mató a los tres primeros Cíclopes (Arges, Brontes y Estéropes). Los hijos de estos tres primeros cíclopes son: Eurialo, Elatreo, Traquio y Halimedes.

Representación artística de un hecatónquiro.
Los Cíclopes eran los herreros que construyeron el Olimpo de los Dioses, ya que eran muy aptos trabajando el metal, y ayudaron posteriormente al dios Hefestos o Vulcano como herreros en cavernas bajo el volcán Etna.

La segunda generación de cíclopes eran los descendientes de Poseidón y la ninfa Toosa, tenían un solo ojo, vivían en cuevas en Sicilia y eran crueles gigantes que devoraban a los hombres. Según comentan las leyendas, estos últimos cíclopes ya eran una raza en decadencia y vivían sin ninguna ley. Uno de ellos, Polifemo, es uno de los protagonistas de La Odisea de Homero. Estos cíclopes no poseían la habilidad para la metalurgia que tenían sus antecesores. Se dedicaban al pastoreo.

Respecto a los Hecantónquiros se decía que ayudaron a los Olímpicos arrojando enormes piedras a los Titanes, de cien en cien.

El dios Crono, el más joven de los titanes.
Se luchaba en todas partes, en el cielo, en el mar, en la tierra y bajo de la misma. Dice Hesíodo:

“El ilimitado mar resonó terriblemente,
y en la tierra se oyó un sonoro estruendo;
El ancho cielo se sacudió y gimió,
y el alto Olimpo se tambaleó en sus cimientos
bajo la carga de los dioses inmortales.

Del intenso sonido de los pies de los dioses,
y el pavoroso ataque de sus duros proyectiles,
los fuertes temblores llegaron hasta el Tártaro.

Así pues, se lanzaron sus graves rayos unos a otros;
Y el griterío de los dos ejércitos alcanzó el estrellado
cuando chocaron con un gran grito de batalla.

La guerra de Zeus contra Crono y
los titanes duró 10 años.
El mismo Zeus estaba combatiendo con todo su poder, utilizando sus Armas tecnológicas al máximo.

«Desde los cielos, frente al Monte Olimpo, llegó con rapidez, arrojando sus relámpagos. Los rayos salían con fuerza y con rapidez de su fuerte mano, truenos y relámpagos juntos, arremolinándose en una llama impresionante. La fértil tierra crepitó bajo el incendio, y el bosque inmenso crujió con fuerza entre el fuego. Toda la tierra hirvió, lo mismo que las corrientes de agua dulce y el mar salado».

Después, Zeus lanzó una Piedra-Trueno contra el Monte Otris; en realidad, puede interpretarse que fue una auténtica explosión atómica que terminó con la guerra.

Ilustración fantástica del Monte Othrys.
El vapor caliente envolvió a los Titanes,
de Gea nacidos;
Una llama inexpresable se elevó brillante en el aire superior.

El destello centelleante de la Piedra-Trueno,
su relámpago, cegó sus ojos,  
tan fuerte era.

Un asombroso calor se hizo con el Caos...
era como si la Tierra y el ancho Cielo por encima de ella
se hubieran juntado; Un potente estruendo,
como si la Tierra hubiera caído en ruinas.

«Hubo un gran estruendo mientras los dioses chocaban en la contienda».

La gran batalla entre los Titanes
y los aliados de Zeus.
Además del pavoroso sonido, del destello cegador y del calor extremo, la Piedra-Trueno creó también una gigantesca tormenta de viento:

También trajo vientos que retumbaban,
un seísmo y una tormenta de polvo, truenos y relámpagos.

Todo esto es lo que provocó la Piedra-Trueno del gran Zeus. Y cuando los dos bandos contendientes escucharon y vieron lo que había sucedido:

Estatuilla de bronce, del dios griego
Zeus tronante, señor de la lluvia, del
trueno y del rayo, representado en
actitud de lanzar una piedra-Trueno
sobre sus enemigos.
«un horrible alboroto de terrorífica contienda se elevó; grandes hazañas se vieron, y la batalla se decantó».

La lucha amainó, pues los dioses olímpicos llevaban ventaja sobre los Titanes.

Durante diez años había estado rugiendo la guerra entre los antiguos Titanes, «los altivos Titanes del alto Monte Otris» (que era su morada), y los jóvenes dioses «que Rea, la de hermoso cabello, había tenido con Crono» y que se habían instalado en el Monte Olimpo.

«Con amarga furia habían estado peleando constantemente unos con otros durante diez años, y el arduo conflicto no hallaba su conclusión por ningún bando, y el resultado de la guerra estaba igualmente equilibrado».

¿Sería esta guerra la culminación de las deterioradas relaciones entre colonias divinas vecinas, una oleada de rivalidad entre extraterrestres y sus descendientes procedentes de diferentes planetas?

Ilustración de un titán en momentos
de ser atacado.
Tras diez años de guerra, la victoria final fue para los jóvenes dioses, que se echaron a suertes los reinos a gobernar. A Zeus le tocó el cielo, a Poseidón, los mares, y a Hades, el inframundo, reino al que van los muertos.

Procedieron entonces a encerrar a los derrotados Titanes en el Tártaro, las más hondas profundidades del inframundo. Sin embargo, dado que durante la guerra Océano y las Titánides Tea, Rea, Temis, Mnemósine, Febe y Tetis, habían permanecido neutrales, no fueron castigadas por Zeus. Algunos otros titanes que no fueron encerrados en el Tártaro fueron Atlas, Crono, Epimeteo, Menecio y Prometeo. Zeus dio a Atlas un castigo diferente, dispuso que Atlas sujetase los cielos por toda la eternidad.

Crono el rey de los Titanes
fue destronado por su hijo Zeus.
Epimeteo, Menecio y Prometeo cambiaron de bando y ayudaron a Zeus en la larga guerra, por lo que no fueron castigados. Se entiende que estos son nombres de naciones y sus colonias que participaron en el conflicto.

Sobre el destino de Crono existen al menos dos variantes míticas: la tradición más antigua, reflejada en ciertas fórmulas homéricas y hesiódicas (Ilíada, XIV, 274; XV, 225; Teogonía 850ss) supone que Crono habita en el Tártaro rodeado por el resto de los titanes. Una tradición posterior señala que Crono fue luego liberado por voluntad de su hijo Zeus, y que quedó reinando en las islas de los Bienaventurados. Esta versión queda atestiguada en una interpolación a Los Trabajos y los días (169b-e ó 173a-e según las ediciones), y en algunos versos de Píndaro (Olímpica II, 70ss).

Otra versión afirma que Crono huyó a Italia donde vivió unos años hasta que falleció. En una versión libia relatada por Diodoro Sículo (siglo I a. C.), se dice que Crono o Saturno, hijo de Urano y Titea, reinó sobre Italia, Sicilia y el Norte de África. Diodoro cita como evidencia los picos de Sicilia que su época eran llamados Cronia. Los egipcios comparaban a su dios Geb con Crono, que reinó durante 500 años.

Los Titanes encadenados en el Tártaro,
por Gustav Doré.
Los Hecatónquiros o Centimanos quedaron montando guardia sobre los prisioneros del Tártaro.

Los dioses vencedores ocuparon desde entonces el Olimpo. Zeus obtuvo preeminencia, y reinó sobre el cielo (tierra firme), Hades se contentó con la parte del mundo situada debajo de la tierra, es decir, el mundo infernal. Poseidón fue el señor del mar (islas).

Se puede inferir que esta gran guerra sucedió como mínimo unos 23.900 años antes del tiempo de Heródoto (484 a.C., 426 a.C.), basándonos en los textos de Manetón, sacerdote e historiador egipcio que relataba en su obra Aegyptíaka, que los dioses reinaron sobre Egipto durante 13.900 años, y los semidioses que les continuaron otros 11.000 años más. Luego comenzaron a reinar los humanos. Las cronologías de Manetón (siglo III a.C.) son negadas por la “Historia oficial” y la “Egiptología oficial”.

Mapa de Europa durante el Pleistoceno. Los
dioses lucharon aquí hace unos 23.900 años.
Hoy se sospecha que todos estos nombres no son más que el vago recuerdo de reinos, países y ciudades que luchaban unos contra otros en la noche de los tiempos.

En la mitología de India existen muchas similitudes entre Indra y Zeus (Júpiter de los romanos). Eso ha hecho pensar que la mitología hindú trata de los mismos seres históricos que los griegos. El dios herrero Hefesto es muy parecido al hindú Tvashtri, el hábil artesano que le proporcionaba armas mágicas a los dioses. El perro griego Can Cerbero tiene su equivalente en el hindú Salaba. El Sarama védico no es otro que el Hermes griego. Los gandharvas en la India son centauros y equivalen a los centauros griegos. El dios indio Yama es idéntico al dios Hades de los griegos. Y si comparamos a Zeus con Indra, ambos usan un «arma que lanzaba rayos».

Hay muchas semejanzas entre la Gran Guerra
de los dioses del Olimpo y la guerra de los
dioses que relatan los textos de los
Vedas de la India.
Los Vedas nos dicen que Indra, aun siendo el gran dios que era, no gobernó solo: tuvo que compartir el poder con Agni y Surya, sus hermanos, del mismo modo que Zeus tuvo que compartir los dominios con sus hermanos Hades y Poseidón. En ambos casos, el Círculo de los Grandes Dioses era siempre de doce, no importa los cambios que tuvieran lugar en la sucesión divina.

En la mitología india parece ser que Indra mató a su padre Diaúsh Pitá (Padre Cielo) arrastrándolo por un pie y haciéndolo caer desde el cielo (según el Rig-veda). En este sentido Diaúsh Pitá sería la contraparte del titán griego Crono (asesinado por su hijo Zeus). Thomas Oberlies identifica a Diaúsh Pitá con un asura (demonio) de la religión prevédica (ya que ambos son matados por el dios Indra).

El dios Indra compartió el poder con Agni
y Surya, al igual que lo hizo Zeus con
Hades y Poseidón.
Indra, reclamó el trono después de matar a su padre. Él era el nuevo Señor de los Cielos y Dios de las Tormentas. El rayo y el trueno eran sus armas, y tenía como epíteto el de Señor de los Ejércitos. Sin embargo, tuvo que compartir su dominio con sus dos hermanos. Uno era Vivashvat o Suria, que fue el progenitor de Manu, el primer hombre. El otro era Agni («encendedor»), que trajo el fuego a la Tierra desde los cielos, para que la Humanidad pudiera usarlo. En la mitología hinduista, Manu es el nombre del primer ser humano, el primer rey que reinó sobre la Tierra, y que fue salvado del diluvio universal.

A pesar del innegable esfuerzo de la arqueología y de los historiadores “oficiales” por establecer una cronología "lógica" de los antiguos reinos e imperios, el prejuicio a la hora de establecer la existencia física de los dioses que todas las culturas establecen como los fundadores de la civilización en la Tierra, hacen imposible profundizar en una verdadera historia que continúa oculta a todos nosotros.

Por Alberto Seoane


La siguiente guerra entre los dioses de la mitología griega continúa aquí:

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