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martes, 16 de febrero de 2016

SE DESCUBRE QUE LA MARIHUANA PRODUCE UNA PÉRDIDA SEVERA EN LA MEMORIA VERBAL Y EN LA VELOCIDAD DE PROCESAMIENTO MENTAL

Una investigación en Suiza en 3.400 hombres y mujeres que -con unas edades entre 18 y 30 años- han ingerido droga, arrojó conclusiones que son devastadoras. Cuanto más se fuma, más baja será la memoria verbal en un futuro cercano.

Cuanto más se fuma marihuana, más baja
será la memoria verbal en un
futuro cercano.
Un nuevo estudio denuncia que los jóvenes que toman este tipo de droga tienen en su adultez dificultades para recordar palabras y dificultad para hablar con fluidez. El informe fue elaborado por la Universidad de Lausana (Suiza) y ha demostrado los temibles efectos que puede tener sobre el organismo la marihuana. Los resultados -calificados de extraordinarios por los propios investigadores- establecen que ha quedado probado que los jóvenes que ingieran este tipo de sustancias ven atenuadas en pocos meses su capacidad para hablar y recordar palabras.

El estudio, al frente del cual se halla el doctor Reto Auer -jefe de residentes en el departamento de medicina comunitaria de la Universidad de Lausana- ha sorprendido a los expertos. Y no es para menos, pues las conclusiones son devastadoras. “Cuanto más se fuma, más baja será la memoria verbal en un futuro cercano”, señala el médico.

Campus de la Universidad de Lausana, Suiza.
El experto también ha explicado que para llegar a estas conclusiones, Auer y su equipo analizaron durante más de 25 años los daños verbales que se han producido en 3.400 hombres y mujeres que -con unas edades entre 18 y 30 años- han ingerido droga. El estudio, concretamente, comenzó en 1985.

Todos los participantes fueron «seguidos» (científicamente hablando) hasta 2011, cuando se empezaron a investigar los resultados en base a las entrevistas realizadas a lo largo de este cuarto de siglo. Casi el 85 por ciento de los participantes dijeron que habían fumado marihuana en algún momento u otro, y -aproximadamente el 12 por ciento- explicó que continuaron haciéndolo en la mediana edad.

Durante más de 25 años se analizaron
los daños verbales producidos en 3400
personas que ingirieron marihuana.
En base a una serie de pruebas (como recordar palabras o medir su velocidad a la hora de buscar términos mientras hablaban) se logró determinar que las personas de mediana edad que, durante su juventud habían tomado marihuana (hasta los 25 años) sufrieron una pérdida severa en lo que se refiere a la memoria verbal y a la velocidad de procesamiento mental.

Concretamente, establecieron que, por cada cinco años de exposición a esta sustancia, uno o dos de los «sujetos de pruebas» eran capaces de recordar una palabra menos que aquellos libres de drogas. Según los expertos, los que fumaron marihuana a diario durante un periodo de varios años fueron los más propensos a experimentar el mayor descenso en las habilidades de pensamiento.

Otras investigaciones sobre este estupefaciente
Este estudio coincide con otras investigaciones realizadas en 2014, 2013 y 2012.

Elaboración de un cigarrillo de cannabis
sativa o marihuana.
La Dra. Jodi Gilman, investigadora en el Centro General de Medicina para las Adicciones de Massachusetts publicó en marzo 2014 en la revista de neurociencia The Journal of Neuroscience que incluso el consumo recreacional de la marihuana, de uno a dos cigarrillos por semana, produce efectos perjudiciales en el cerebro, que se ven acrecentados a mayor consumo.

“La marihuana es la droga ilegal más consumida pero poco se sabía sobre sus efectos en el cerebro humano, en particular en las regiones de recompensa/aversión implicadas en la adicción, como el “núcleo accumbens” y “la amígdala””, dijo la Dra. Gilman La investigación concluyó que la exposición a la marihuana se asocia con alteraciones precisamente en estas zonas y “es consistente con los estudios en animales correspondiente a los cambios en la arborización dendrítica”. La Dra. Gilman explicó que investigaciones anteriores permitieron también comprobar que la marihuana genera cambios estructurales en el cerebro de los animales, especialmente en el “núcleo accumbens”. Ahora esto se comprobó en los seres humanos.

Aún fumando uno o dos cigarrillos de
marihuana por semana, produce efectos
perjudiciales en el cerebro.
"Hay una idea general ahí afuera de que el consumo ocasional de marihuana no conduce a efectos negativos, de modo que empezamos a investigar eso de manera directa", dijo Dr. Hans Breiter, otro de los autores principales del estudio y profesor de psiquiatría y ciencias del comportamiento en la Facultad Feinberg de Medicina de la Universidad de Northwestern. "Esta investigación con los otros estudios que hemos hecho me ha llevado a sentirme sumamente preocupado por los efectos de la marihuana en adolescentes y adultos jóvenes y a pensar que necesitamos ser muy cuidadosos sobre las políticas de la legalización y posiblemente considerar cómo evitar que cualquier persona menor de 25 a 30 años consuma marihuana en absoluto", dijo el Dr. Breiter.

El síndrome de abstinencia de la marihuana,
visualizado con imagen por
resonancia magnética.
Los científicos recogieron imágenes de resonancia magnética de alta resolución de adultos jóvenes consumidores de marihuana recreativa y de un grupo de control que no consumía. Se realizaron tres análisis independientes de la morfometría en estas estructuras: la densidad de la materia gris utilizando morfometría; el volumen (cerebro total y volúmenes regionales); y de la forma (morfometría superficie). El análisis reveló una “mayor densidad de la materia gris en los consumidores de marihuana, en el núcleo accumbens izquierdo extendiéndose hasta la corteza subcallosal, el hipotálamo, la amígdala extendida sublenticular, y la amígdala izquierda, incluso después de controlar por edad, sexo, consumo de alcohol y el tabaquismo”.

Se observó una tendencia a un aumento de volumen y una diferencia significativa en la forma del núcleo accumbens izquierdo, además de cambios de forma de la amígdala derecha. "El núcleo accumbens izquierdo mostró alteraciones sobresalientes en las tres medidas y una relación multimodal alterada entre las personas consumidoras de la marihuana", detalló el informe.

Preocupación de la comunidad científica
La Dra. Staci Gruber, directora de Cognitive and Clinical Neuroimaging Core en el Hospital McLean en Boston y profesora de psiquiatría en la Facultad de Medicina de Harvard, manifestó su preocupación por los resultados del estudios de la Dra. Gilman. Su equipo también está estudiando el consumo de la marihuana y la función cerebral.

Plantas de Cannabis Sativa o marihuana.
"Esta información sin duda confirma lo que otros han informado con respecto a cambios en la estructura cerebral", dijo. "Cuando consideramos los hallazgos del estudio de Gilman con nuestro estudio y con otras investigaciones sobre el consumo de marihuana, es evidente que se requiere mayor investigación, especialmente en el caso de las personas que están entrando a la edad adulta, ya que la exposición durante un período de vulnerabilidad en el desarrollo podría llevar a cambios neurofisiológicos que podrían tener implicaciones a largo plazo", dijo la Dra. Gruber, en una entrevista de la CNN.

Como consejo a los jóvenes Gruber dijo: "No lo hagan a una edad temprana, antes de los 16 años. Eso es lo que nuestra información sugiere, que el consumo regular de marihuana antes de los 16 años está asociado a una mayor dificultad en las tareas que requieren juicio, planeación y la función inhibitoria, al igual que cambios en la función cerebral y la microestructura de la materia blanca, en comparación con quienes empiezan a fumar a una edad más avanzada".

Reduce el cociente intelectual
Una investigación realizada en Nueva Zelanda en 2013, asegura que su uso persistente, sobre todo en adolescentes, deteriora significativamente y de forma irreversible las funciones cerebrales.

El consumo de marihuana reduce
significativamente el cociente intelectual.
La investigación es una de las más amplias que se han llevado a cabo sobre los efectos de la marihuana en el cerebro. Los científicos siguieron durante más de 20 años a un grupo de 1.000 jóvenes y encontraron que los que habían comenzado a usar marihuana antes de cumplir los 18 años -cuando su cerebro estaba aún desarrollándose- mostraban una reducción "significativa" en su coeficiente intelectual.

Un equipo de investigadores, dirigido por la profesora Madeline Meier de la Universidad de Duke, en Carolina del Norte, Estados Unidos, analizó el impacto del uso de marihuana en varias funciones neuropsicológicas de 1.037 individuos nacidos entre 1972 y 1973 en Dunedin, Nueva Zelanda. Los científicos siguieron a los participantes hasta que cumplieron 38 años, realizándoles entrevistas y estudios periódicos. Tomaron en cuenta factores como dependencia de alcohol y/o al tabaco, uso de otras drogas y nivel de educación. Cuando los individuos tenían 13 años y antes de que se iniciaran en el uso de la marihuana, se les sometió a pruebas de memoria, de razonamiento y de capacidad de reacción. Este mismo análisis se les volvió a practicar cuando cumplieron 38 años.

Infografía sobre las regiones del cerebro 
que son deterioradas por la marihuana.
Al evaluar todos los casos, encontraron que los participantes que habían usado persistentemente marihuana mostraban un "amplio deterioro" en varias áreas neuropsicológicas, como funcionamiento cognitivo, la atención y la memoria. Quienes habían usado la droga al menos cuatro veces a la semana, año tras año, durante su adolescencia, sus 20 años y, en algunos casos, sus 30 años, mostraron una reducción en su coeficiente intelectual. La relación, concluyó el estudio, es inapelable: cuanto más fumaba el individuo, mayor era la pérdida en el CI.

El informe, que ha sido publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS), ha revelado que los jóvenes que consumen marihuana al menos una vez a la semana desde los 13 años ven una disminución de hasta ocho puntos en su cociente intelectual a los 38 años.

Los científicos sometieron a los sujetos antes
que se iniciaran en la marihuana a pruebas de
memoria, razonamiento y de capacidad de
reacción. Este mismo análisis se les volvió a
hacer cuando cumplieron 38 años. "Su
cociente intelectual bajó de 100 a 92, lo que
supone retroceder del percentil 50 al 29",
afirmó la profesora Madeline Meier de
la Universidad de Duke.
Meier ha explicado que "Pasar de un cociente intelectual de 100 a 92 supone retroceder del percentil 50 al 29", ha comentado. Según la doctora, los niveles de cocientes altos habitualmente están ligados a una mejor educación, a mejores ingresos, a una mejor salud y una vida más larga. "Alguien que ha perdido 8 puntos en su cociente intelectual durante la adolescencia va a estar en desventaja respecto de otras personas de su misma edad en el futuro", plantea. Uno de los puntos más importantes del estudio fue demostrar que el daño era irreversible. Al dejar de usarla o reducir su uso no lograron restaurar completamente su pérdida de CI. Es decir, los efectos neurotóxicos son clarísimos y el daño es permanente.

En la investigación publicada en Proceedings of the National Academy of Sciences, Robin Murray, profesor de psiquiatría del King's College de Londres, explicó que el estudio es "una investigación extraordinaria. Es probablemente el grupo de individuos que ha sido más intensamente estudiado en el mundo y, por lo tanto, los datos son muy buenos. Hay muchos informes anecdóticos de que los usuarios de marihuana tienden a ser menos exitosos en sus logros educativos, matrimonios y ocupaciones. Este estudio ofrece una explicación de por qué puede ocurrir".

Daños en el aprendizaje
Otro estudio del Instituto de Investigaciones Murdoch de Australia reveló en 2012 que el consumo a largo plazo de Marihuana (Cannabis) produce cambios notables y daños cerebrales en la región correspondiente a las funciones de memoria y aprendizaje, especialmente en consumidores que inician a fumar marihuana a temprana edad.

Los consumidores de marihuana y de otras
drogas tienen daños irreversibles en sus
capacidades cognitivas.
“Nuestros resultados sugieren que a largo plazo el consumo de la cannabis es perjudicial para la materia blanca del cerebro en desarrollo. Esto fue especialmente cierto para aquellos que se habían iniciado en la adolescencia, como sabemos que el cerebro todavía se está desarrollando durante este tiempo”, dijo el doctor, Marc Seal, del Instituto Murdoch, advirtiendo además que hay períodos de la vida del ser humano que son más críticos para el desarrollo cerebral y en esa edad se es más vulnerable al daño de la marihuana.

Los efectos menos conocidos del cannabis
En el caso de la marihuana la adicción no está asociada necesariamente a la frecuencia de consumo. Tiene que ver con las particularidades de cada persona. Para evaluar si hay dependencia se observa si el consumidor desarrolló tolerancia (si el organismo se habituó y debe fumar más para lograr el mismo efecto), si su cotidianidad sufrió cambios (rutinas, hábitos, manejo del tiempo) y si hay manifestaciones que indiquen síndrome de abstinencia: "Si no puede dejar de fumar, si se pone irritable, transpira frío o no puede socializarse ni disfrutar cuando no fuma", explican los expertos.

El uso persistente de la marihuana puede
producir depresión, ansiedad, psicosis y en
el peor de los casos, esquizofrenia.
Según diversos estudios de sociedades científicas de gran prestigio internacional, el uso persistente de marihuana provoca pérdida de memoria, reduce el rendimiento y altera las capacidades cognitivas. Puede producir depresión, ansiedad, psicosis y, en el peor de los casos, esquizofrenia.

Los poderes psicotrópicos del cannabis son conocidos por el ser humano desde hace miles de años. Sus 'propiedades embriagadoras', como decía Herodoto en el siglo V, se deben fundamentalmente al delta-9-tetrahidrocanabinol (THC), el cannabinoide responsable de sus efectos en el cerebro. Cuando se inhala esta sustancia, el THC llega rápidamente al cerebro a través de la sangre. Sus efectos se sienten a los pocos minutos y pueden durar hasta dos o tres horas.

Efectos dañinos de la marihuana o cannabis.
Una de las consecuencias menos conocidas tiene que ver con los trastornos psiquiátricos. El consumo de porros multiplica por dos las probabilidades de sufrir brotes psicóticos (con más riesgo a mayor dosis). Varios estudios coinciden en que la marihuana podría actuar como desencadenante de estos ataques en personas con una cierta predisposición genética. El riesgo se acentúa cuando el consumo se inicia antes de los 15 años.

A su vez, un informe elaborado por expertos de la Oficina de Control de Drogas de la Casa Blanca (EEUU), advierte de que los adolescentes que fuman marihuana tienen hasta un 40% más de riesgo de sufrir depresión, ansiedad, psicosis (alucinaciones) o algún tipo de enfermedad mental; especialmente en el caso de las chicas.

No es lo mismo usar una droga que ser adicto a ella. Muchos consumidores no se convierten en adictos. Pero vale medir y conocer las consecuencias. Estando bajo el efecto de la marihuana, es común que muchas personas cometan delitos o actos violentos que no harían en otras condiciones. Según datos del 2007, en la Argentina más del 6 por ciento de la población consumía habitualmente marihuana, una cifra que convierte a la Argentina en el país de mayor consumo de América latina.

El dato es alarmante ya que se sabe que hoy la estadística está caduca y los consumidores actuales son muchos más, y además, si se tiene en cuenta que la marihuana es considerada “una droga de inicio”, es decir, que su consumo invariablemente comienza a edades tempranas. Según estadísticas oficiales, el 58 por ciento de los pacientes en tratamiento por alguna adicción, empezó su camino con la marihuana. Los pasos siguientes, según los especialistas, suelen ser la cocaína, las drogas sintéticas, la pasta base y los tranquilizantes.

Un cigarrillo de marihuana afecta como 20 de los otros
Un estudio de 2007 afirma que contiene hasta 20 veces más amoníaco tóxico que el cigarrillo común. Calificaron a los resultados como "alarmantes".

Fumar un cigarrillo de marihuana predispone tanto al cáncer como 20 cigarrillos de tabaco, informó un grupo de investigadores neozelandeses, que hicieron un estudio con resultados “alarmantes”, según dijeron.

Cuanto mayor cantidad y durante más tiempo se fuma cannabis, más alto es el riesgo de contraer cáncer de pulmón, independientemente del consumo de tabaco, determinó el estudio liderado por Richard Beasley, del Instituto de Investigación Médica en Wellington, Nueva Zelanda, y que trabajó con pacientes con cáncer de pulmón menores de 55 años, según publicó la revista European Respiratory Journal.

Todos respondieron un amplio cuestionario acerca de sus hábitos a la hora de fumar, el historial de enfermedades de su familia y su profesión. También informaron acerca de su consumo de alcohol y cannabis. Los pacientes que habían fumado a lo largo de su vida más de 20 cigarrillos de marihuana fueron interrogados más exhaustivamente.

Fumar un cigarrillo de marihuana es tan
peligroso como fumar 20 con tabaco.
Un total de 79 pacientes con cáncer de pulmón fueron comparados con un grupo de control de otros 324 pacientes. Uno de los resultados fue que en el grupo con alto consumo de cannabis (un cigarrillo de marihuana al día durante diez años o dos al día durante cinco años) el riesgo de cáncer de pulmón era 5,7 veces más alto que en el caso de los pacientes restantes.

En vista de este diagnóstico, fumar un cigarrillo de marihuana es tan peligroso como fumar 20 de tabaco, según los autores. Esta relación demostró ser independiente del resto de las costumbres a la hora de fumar. "Si bien nuestro estudio sólo tiene en cuenta un grupo relativamente pequeño, demuestra claramente que fumar durante mucho tiempo cannabis aumenta el riesgo de cáncer de pulmón", explicó Beasley. Los fumadores de cannabis presentaban además frecuentemente un jadeo en la respiración, flema, tosían y tenían sensación de opresión en el pecho.

Además, el monóxido de nitrógeno y otros óxidos de nitrógeno se presentan entre tres y cinco veces más concentrados al fumar marihuana que tabaco, informaron científicos en la revista Chemical Research in Toxicology.

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