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martes, 10 de noviembre de 2015

PERÚ CREA EL PARQUE NACIONAL SIERRA DEL DIVISOR EN LA FRONTERA CON BRASIL

Es el tercer parque nacional más grande del país y ocupa la mayor parte del territorio de un pueblo indígena en aislamiento: los isconahuas. Con éste, Perú tiene actualmente 14 parques nacionales en más de 9.400.000 hectáreas.

Mapa del Parque Nacional
Sierra del Divisor. Clic
para ampliarlo.
La creación del parque fue oficializada por el presidente peruano, Ollanta Humala, en una ceremonia que se celebró en la comunidad nativa de Nuevo Saposoa, en la región amazónica de Ucayali.

Perú ha creado, a través de un decreto supremo publicado el lunes, el Parque Nacional Sierra del Divisor situado entre las regiones de Ucayali y Loreto. El territorio abarca 1.354.485 hectáreas que el Estado consideró en 1991 “zonas de vida y ecosistemas muy amenazados y poco representados en el resto de unidades de conservación”. Se trata del tercer parque nacional más grande del país, rodeado de concesiones forestales y mineras, y lotes petroleros, ocupa el territorio ancestral de un pueblo indígena en aislamiento: los isconahuas.

El presidente de Perú, Ollanta Humala y su
esposa Nadine Heredia, en la aldea
nativa de Nuevo Saposoa.
Del lado brasileño ya existe el Parque Nacional Serra do Divisor que comprende un total de 8.466 kilómetros cuadrados, 1233 especies animales, algunas en peligro de extinción, y 64 especies de abejas. En Perú, el flamante Parque Nacional de la Sierra del Divisor tiene una superficie de 14.783 kilómetros cuadrados. Ostenta un complejo y rico ecosistema representado por 3.000 variedades de especies vegetales, 570 de aves, 300 de peces, 109 de reptiles y anfibios, y 64 de mamíferos.

El Parque Nacional Sierra del Divisor cubre
una superficie de más 1.354.000 mil
hectáreas de selva.
El ingeniero forestal Antonio Tovar, uno de los autores del libro Sierra del Divisor, una sierra al este de Ucayali, publicado en 2009, destaca que los cerros aislados le dan el nombre al parque porque se encuentran en plena llanura amazónica. “Allí, elevándose hasta 700 metros, viven una serie de especies raras de fauna y flora”, explica que “es una cordillerita aislada, una parte es volcánica y otra tectónica, producto de un movimiento de tierras”.

Ubicación en Sudamérica del nuevo
Parque Nacional Sierra del Divisor.
Según el inventario biológico realizado en 2006 por el Field Museum de Chicago, la Sierra del Divisor es el único hábitat protegido nacionalmente del huapo colorado, un mono con rostro rojo. Los botánicos registraron entonces más de 1.000 especies de plantas, seis de ellas nuevas para la ciencia, y una nueva variedad para el Perú, el ficus acreana, pero también reportaron a un grupo de madereros ilegales viajando por un río.

Mono Guapo Colorado que
habita en el Parque nacional
Sierra del Divisor.
“Encontramos que había 16 especies de monos en el lado peruano. Si sumamos los de Brasil [en este país, el Parque Nacional Serra do Divisor fue creado en 1989], llegan a 18. En ninguna otra parte hay concentración de tantos primates”, comenta Tovar, y anota que el alimento no es el único determinante del hábitat sino “la cobertura, es decir, que las especies puedan realizar sus actividades protegidos de los depredadores: sea por el follaje, la vegetación o las ramificaciones”.

Con éste, Perú tiene actualmente 14 parques nacionales en más de 9.400.000 hectáreas, en las que el Estado debe dar la máxima protección al entorno. Sin embargo, la decisión llega retrasada: representantes de los pueblos indígenas matsés, ashéninka, huambisa, isconahua y shipibo-conibo acudieron en septiembre a la Defensoría del Pueblo porque el Gobierno no emitía el decreto de creación del parque nacional como se comprometió en un acuerdo en enero de 2014.

Catarata en el flamante Parque
Nacional Sierra del Divisor.
En octubre, la Defensoría presentó una demanda de amparo contra dos ministerios por 20 meses de retraso desde que el Estado realizó el proceso de consulta previa con los pueblos indígenas, un procedimiento de acuerdo con el Convenio 169 de la OIT. “La falta de protección los hace vulnerables frente a actividades ilícitas: sembradíos de coca, tala y minería ilegal”, anotó entonces Daniel Sánchez, de la Defensoría del Pueblo.

Aborígenes no contactados
En el año 1998, el Estado peruano creó la Reserva Territorial Isconahua, una de las 5 áreas para pueblos que, como el isconahua, se encuentran en situación de aislamiento y en situación de contacto inicial en el país. Según el Estudio Técnico para la creación de esta reserva que ahora queda dentro del Parque Nacional, se estimó la población isconahua en aislamiento en unas 240 personas.

Los isconahuas o isobakebos que fueron
arrancados de la selva por los
evangelistas, fotografiados en 1960.
La primera evidencia etnográfica que se tiene sobre los isconahua data de fines del siglo XVIII a través del relato de un misionero franciscano en su viaje a la misión Sarayacu. A fines de la década 1950, dos misioneros evangélicos norteamericanos: Clifton Russel y James Davidson, de la South American Indian Mision, ingresaron en agosto de 1959 al territorio ocupado por isconahuas y luego de diez días de caminar por la selva los hallaron viviendo en situación de aislamiento cerca del cerro El Cono, llamado por los isconahua, Ruebiri.

Nelita Campos antes 
llamada Nawa Niká, 
una isconahua que 
fue "civilizada" en 
1960 cuando era 
una niña.
Los guías de la expedición eran de la etnia de los shipibos, Roberto Rodríguez y Sinforiano Campos (Por ellos es que los isconahuas que fueron “civilizados” suelen apellidarse Rodríguez o Campos). El grupo tuvo la suerte de tropezarse con el jefe de una aldea isconahua, el cacique Chachibai, que estaba en su choza junto a su hijo. Los shipibos se adelantaron y les hablaron en un idioma parecido al de ellos, algo así como la semejanza entre el portugués y el español.

Le dijeron al cacique que no los mate, que le iban a ofrecer como alimento “maquisapa”. Era su forma de ofrecerles una vida mejor: el maquisapa es una presa difícil de cazar. Chachibai accedió a llevarlos hasta su aldea de Iscobakebo. Los misioneros regresaron solos y volvieron al año siguiente a hablar con los indígenas. Permanecieron un año con ellos. Despejaron el terreno para que aterrizaran avionetas. Una vez instalado el primitivo aeródromo los dos misioneros fueron reemplazados por otros. Así influyeron en la decisión de un grupo de cinco familias de trasladarse a comunidades nativas del pueblo shipibo-konibo. Se sabe, por ejemplo, que a la comunidad del distrito de Callería llegaron en 1963 un total de 26 personas Iskobaquebo, hoy llamadas isconahuas, entre niños, adultos y ancianos. Otros isconahuas que no eran de la aldea de Chachibai decidieron quedarse viviendo en la selva.

Diseños tradicionales iskobakebo-isconahuas.
En relación a las actividades productivas, los isconahua realizan actividades de subsistencia, en pequeña escala y solo para la subsistencia de los grupos familiares. Una actividad tradicional importante es la caza, actividad exclusivamente masculina que se realiza todo el año, pero de manera más intensa durante la época de crecida de los ríos. La pesca también es una actividad exclusivamente masculina y se realiza de manera colectiva; mientras que la agricultura y la recolección son consideradas actividades de las mujeres.

Cerro El Cono, llamado por los isconahuas
Ruebiri, dentro del Parque Nacional
creado por Humala.
De las 26 personas trasladadas en 1959 quedan 5 ancianos Iscobakebo o isconahua, llamados Pibi Awin, Wini Kora, Nawa Niká, Chibi Kanwa y Kishté que aún sobreviven luego de haber sido sacados del bosque hace unas décadas. Ahora se les conoce como los Isconahua.

Iscobakebos (isconahuas) de la
comunidad de San Miguel, donde
vive Pibi Awin con su hija Kishté
y otros descendientes de los
isconahuas evangelizados en 1960.
Dentro del Parque Nacional recientemente creado también habitaría una tribu indígena de hombres altos, de piel clara y barbudos sin nombre oficial, que elude todo contacto con la civilización. Uno de los primeros testimonios procede del explorador René Ribeiro Blanco, quien permaneció alrededor de tres años en lo profundo de la selva amazónica (1984-1987), en las fuentes del Río Yaquerana. Según Blanco, en el área del Río Chobayaco viven nativos barbudos.

Eduardo Pacaya Tamani es un peruano que trabajó como guardabosque en la zona del Alto Tapiche y del Río Yaquerana, de 1988 a 1994. Contó que en varias ocasiones se encontró con nativos altos y barbudos, muy mansos pero a veces intratables, que ofrecían carne de faisán y de otras aves. Por lo general, iban desnudos, pero se adornaban el cuerpo con plumas de papagayo. Según la descripción del señor Pacaya, parece que los autóctonos con los cuales tuvo contacto pertenecieron a un grupo aislado de Matsés, ya que hablaban la lengua pano y tenían algunos signos en el rostro.

Juanita Rodríguez antes
llamada Pibi Awin, aún
recuerda su idioma
isconahua desde que
fue "civilizada" en la
década del sesenta.
En el 2004, durante una expedición guiada por la antropóloga Miriam Matorela Zárate, que tenía por objetivo buscar información sobre el grupo de indígenas Isconahua, se encontró un ánfora de cerámica en buen estado de conservación, que a primera vista parecía de 50 años de antigüedad. También durante una expedición en el 2003, patrocinada por Aidesep, se recogió mucha información sobre la presencia de nativos no contactados en la zona de la Sierra del Divisor. Se encontraron huellas recientes, restos de fogatas, vasos de cerámica abandonados y cabañas improvisadas utilizadas para dormir, especialmente en los afluentes más lejanos del Tapiche, como el Río Bombo y los ríos Remoyacu y Pumayacu.

Los dos parques nacionales a ambos lados
de la frontera van a contribuir para
proteger mejor la flora, fauna y las etnias
que allí habitan.
En el 2007 se recogieron otras evidencias de indígenas no contactados en el Río Alto Yaquerana y en las fuentes del Río Tapiche, zonas incluidas en la Reserva de la Sierra del Divisor. Por tanto, es casi cierta la presencia de indígenas no contactados al interior de la “Zona reservada de la Sierra del Divisor”, cuya lengua probablemente pertenece al grupo lingüístico pano.

Vista aérea de una gran tala ilegal de la
selva en un sector de la Sierra del Divisor.
Actualmente, en Lima, hay oposición al recientemente creado Parque Nacional porque China quiere construir un ferrocarril que una la costa del Pacífico en Perú con la costa atlántica en Brasil, que pasaría por el medio del Parque Nacional Sierra del Divisor. Además existen empresas multinacionales que codician la madera, el petróleo y minerales raros como el cobalto y el oro que existen bajo la selva. 

El Parque Nacional Sierra del Divisor se convertirá en una de las mayores reservas naturales del mundo, al integrarse a un gigantesco corredor ecológico amazónico que también comprende territorios de Brasil y Bolivia.

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