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miércoles, 29 de julio de 2015

SIGUE LA MATANZA ANUAL DE BALLENAS EN LAS ISLAS FEROE

Más de 250 ballenas pilotos fueron masacradas el 23 de julio de este año en Dinamarca, tal como sucede todos los años, a pesar que la caza de ballenas está prohibida en Dinamarca y en la Unión Europea. Siete activistas fueron detenidos por intentar parar la terrible matanza que reúne a los dinamarqueses.

Esta innecesaria matanza de ballenas se
repite año tras año en las islas Feroe.
Lo más increíble de esto es que los feroeses lo hacen por puro placer de matar, los animales quedan muertos en la costa tiñendo el mar de rojo con su sangre y cuando llega la noche los cuerpos que no se faenaron los dejan que se pudran en la playa. Este año, siete de los integrantes de la organización ecologista Sea Sheperds fueron detenidos y golpeados por la policía al intentar detener esta carnicería. El resto filmó este acto de puro sadismo que se repite todos los veranos del hemisferio norte y que la mayoría de los medios masivos de comunicación ni siquiera mencionaron a pesar de que está prohibida la matanza de ballenas.

El sangriento festival de Grindadráp de 2015
acabó con la vida de 253 cetáceos en
menos de 24 horas.
Todos los veranos entre los meses de julio y agosto tienen lugar una sangrienta matanza de ballenas en el Atlántico Norte, en las Islas Feroe que denominan ‘Grindadráp’ (en feroés, el grind es la ballena piloto o calderón). La tradición reúne a los jóvenes feroeses y a los dinamarqueses y también a personas de otros países nórdicos que desean participar de la masacre de estos cetáceos, ya que a cualquiera se le permite participar en la matanza. Los residentes han acabado con las vidas de más de 250 cetáceos en menos de 24 horas.

Los feroeses les infieren heridas en todo
el cuerpo a estos mamíferos provocándoles
una dolorosa muerte.
Los animales son rodeados con lanchas motoras y empujados hacia las playas, los cetáceos asustados quedan varados en aguas poco profundas donde la población acaba con ellos con lanzas y machetes en un cruel y brutal festival del horror.

Los pobres mamíferos son atrapados con garfios y ganchos por el orificio nasal que tienen en la parte superior y luego con machetes, hachas, arpones y otros elementos punzo cortantes les infieren heridas en todo el cuerpo provocando en los animales una innecesaria y dolorosa muerte.

Los participantes de esta barbarie no hacen
distinción de ballenas preñadas, madres con
sus crías u otros animales como delfines,
todos son masacrados.
La organización Sea Shepherd, que ha vigilado este evento desde 1985, ha denunciado que la matanza ha contado con la colaboración de la Marina danesa. En las Islas Feroe defienden que la falta de biodiversidad en la región hace necesaria esta caza para la alimentación de sus habitantes, además de argumentar que es una fiesta tradicional pero que hace años perdió su sentido porque cada vez hay menos ballenas para matar. Lo curioso es que la caza ya no proporciona proteínas esenciales para los isleños, que les llegan desde Dinamarca y también disfrutan de un alto nivel de vida derivado del turismo y las exportaciones pesqueras a Europa y Estados Unidos.

Una parte de las ballenas piloto
masacradas en las islas Feroe.
“Esta masacre solo podía suceder con el pleno consentimiento de la Marina de Dinamarca. Hemos visto con perfecta claridad dos barcos militares, el Triton y el Knud Rasmussen, ha declarado al diario británico The Guardian, Wyanda Lublink, activista y capitán del barco ecologista Brigitte Bardot.

La organización ecologista contabilizó el 23 de julio los cadáveres de 111 ballenas cerca de la playa de Nólsoy y otras 142 cerca de la capital de las Feroe, Tórshavn. Hace décadas, cuando se hacía esta matanza ritual anual que se ha practicado desde 1584, morían masacradas en las playas unas 900 ballenas piloto y el récord fue el año 1992 con 1572 ejemplares cazados. Ahora apenas logran matar a algo más de 250 ejemplares, comprobándose también que el tamaño se ha reducido, siendo ejemplares de ballenas piloto de tres toneladas, en promedio.

Un joven feroés todo ensangrentado está feliz
por haber matado a ballenas asustadas.
Los participantes de la tradicional barbarie no hacen excepciones y exterminan familias completas: ballenas embarazadas, madres y sus crías, ninguna se salva de una muerte terrible y angustiosa.

Los feroeses explican que esto es una “diversión” que forma parte de sus raíces. Ellos sostienen que para iniciarse en la vida adulta, un muchacho debe matar a un delfín o una ballena.

La ONG Sea Shepherd para la conservación de la fauna marina, ha liderado campañas para oponerse a la masacre en las Islas Feroe. Miles de personas han firmado peticiones, sin embargo, son ignoradas por el Gobierno de Dinamarca.  

Vea aquí el video de la matanza de julio de 2015:


Para mayores informes visite el sitio: www.seashepherd.org

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