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lunes, 13 de enero de 2014

POR ORDEN JUDICIAL MONSANTO DEBERÁ DETENER LA CONSTRUCCIÓN DE SU PLANTA DE SEMILLAS TRANSGÉNICAS

La Justicia cordobesa falló en contra de Monsanto al ordenar la suspensión de la construcción de una planta de tratamiento de semillas en la localidad cordobesa de Malvinas Argentinas.

Los cordobeses no quieren a Monsanto en su
provincia y la Justicia les dio la razón.
En Córdoba, Argentina, las asambleas socio ambientales, activistas, organizaciones sociales y vecinos autoconvocados lograron lo que pocos creían: frenar a Monsanto, la mayor empresa de agronegocios del mundo, que desde hace varios meses tiene paralizada la construcción de su megaplanta de semillas transgénicas en Córdoba.

La Justicia cordobesa falló el 8 de enero de 2014 en contra de Monsanto al ordenar la suspensión de la construcción de una planta de tratamiento de semillas en la localidad cordobesa de Malvinas Argentinas, pero la firma apelará la decisión judicial.

La Asamblea de Malvinas Argentinas
rechaza la presencia de Monsanto.
La sentencia fue dictada por la Sala Segunda de la Cámara del Trabajo de Córdoba, que dio lugar al amparo presentado por los vecinos de Malvinas Argentinas en septiembre del 2012 contra la radicación de la compañía en la zona.

Desde el 18 de setiembre de 2013, los vecinos agrupados en la "Asamblea por la vida: fuera Monsanto" que nuclea a diversas agrupaciones como la Asamblea Malvinas Lucha por la Vida, Madres de Barrio Ituzaingó y vecinos autoconvocados realizaban un acampe que bloqueó el paso de camiones con materiales para construir la secadora de semillas de maíz más grande del mundo. El acampe fue en los ingresos al predio donde se construía la planta desde hace casi cuatro meses y habían prometido no retirarse de allí hasta que resuelva la Justicia.

Planta de 27 hectáreas que Monsanto 
pretende construir en la población de 
Malvinas Argentinas, Córdoba.
Según sostienen los asambleístas, la empresa podría poner en peligro las condiciones medioambientales de la zona por la presunta futura utilización de agrotóxicos y otros componentes químicos para el tratamiento de las semillas.

Según esta sentencia, se deben suspender las obras hasta tanto esté presentado el informe de impacto ambiental y se realice una audiencia pública en la que se revalide o rechace la instalación de la planta de la firma productora de transgénicos y herbicidas.

Sofía Gatica, que ganó el juicio por las
fumigaciones con Round Up, en el barrio
Ituzaingó, liderando una de las marchas
contra la planta en Malvinas Argentinas.
Los asambleístas cortaron media calzada de la calle mientras esperaban que se diera a conocer la resolución, y festejaron el fallo. El tribunal habilitó la feria para poder notificar lo resuelto tras la apelación a la sentencia del 8 de octubre pasado dictada por la jueza de Conciliación de Cuarta Nominación, Graciela Escudero de Fernández.

Las obras de Monsanto llevan un retraso de casi
cuatro meses por el bloqueo de los asambleístas.
A mediados de 2012, Monsanto anunció la construcción de la planta en la localidad cordobesa de Malvinas Argentinas, de 15.000 habitantes y distante unos 14 km de la ciudad de Córdoba, 700 km al noroeste de Buenos Aires.

Según el plan original, la segunda planta más grande de Latinoamérica debería estar funcionando desde principios de este año, pero la obra estuvo suspendida por el bloqueo a camiones que mantienen los asambleístas desde hace más de 100 días.

Las encuestas revelan que nadie quiere la planta de Monsanto
La instalación de Monsanto es resistida por una asamblea de vecinos y organizaciones civiles que consideran que las actividades de la empresa contaminan el ambiente.

Pancarta contra Monsanto en su
acceso en la planta de 

Malvinas Argentinas.
Entre los principales reclamos de este sector, está el pedido de una consulta popular sobre la instalación de la planta.

En abril de 2013, investigadores de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC), la Universidad Católica y del Conicet realizaron 350 encuestas en Malvinas Argentinas. Nueve de cada diez se mostraron a favor de que se realice una consulta popular en la localidad y el 58 por ciento explicitó que rechaza la instalación.

En octubre, la consultora Sicchar difundió una encuesta de opinión de 1000 casos (en capital y el interior). El 63,2 por ciento se mostró en desacuerdo con la planta y el 66,8 por ciento se mostró de acuerdo con los vecinos que se oponen.

Las encuestas revelan que la mayoría de los
habitantes de Malvinas Argentinas no quieren
la planta y piden una consulta popular.
En noviembre, cuando se cumplían dos meses de bloqueo a la planta, la Universidad Católica, la de Río Cuarto (UNRC) y la de Córdoba cuestionaron, en comunicados separados, que se haya permitido la obra sin la previa Evaluación de Impacto Ambiental, como establece la Ley General del Ambiente, y que tampoco se cumpliera con las audiencias públicas.

La planta que construye Monsanto en un predio de 27 hectáreas ubicado sobre la ruta provincial A-188, a unos 14 kilómetros de la capital cordobesa es similar a la que ya tiene en Rojas, provincia de Buenos Aires.

Una de las marchas en Córdoba contra
la multinacional productora de
agrotóxicos y transgénicos.
El rechazo a Monsanto también llegó a San Luis. La empresa alquila campos a la empresa Cresud en el Valle de Conlara. “Monsanto produce semillas bajo el modelo de la agricultura industrial, desmontaron miles de hectáreas, se siembran cultivos transgénicos de maíz y soja para semilla, se fumiga muchísimas veces durante el ciclo del cultivo con productos altamente peligrosos para la salud, sin el consenso de nuestra comunidad”, denunció la Asociación Campesinos del Valle de Conlara, que reúne a las familias rurales vecinas de la empresa.

Los campesinos alertaron que el uso de agroquímicos “pone en riesgo los acuíferos”, reclamaron que se los deje de fumigar en sus casas, exigen un estudio de impacto ambiental y resaltaron: “Este modelo no genera puestos de trabajo, no genera alimento para nuestra zona y pone en riesgo nuestra salud”.

Acceso a la planta de Monsanto en
Malvinas Argentinas, Córdoba.
No obstante, luego del revés judicial en Córdoba, la firma envió un comunicado en el que aseguró que apelará el fallo para poder continuar con su inversión. La compañía de agrotóxicos aseguró que "hace más de tres meses que los empleados y contratistas de Monsanto no pueden ejercer el derecho a trabajar”. Y calificó a la ciudadanía que se manifiesta contra su instalación como “extremistas”.

Se olvidó de recordar en el comunicado que luego de varias semanas de corte y movilización por parte de los vecinos y organizaciones ambientalistas, la represión se hizo sentir en varias oportunidades por las medidas de fuerza para rechazar al gigante de los transgénicos. Pero los vecinos volvieron una y otra vez a bloquear la entrada de las instalaciones.

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