HUMANIDAD Y COSMOS es un programa que trata de traerle a usted eso que siempre se preguntó y nunca tuvo la oportunidad de escuchar… Hechos históricos ocultados, fenómenos insólitos, creencias, mitos y leyendas, arqueología proscripta, seres extraños, energías prohibidas, noticias curiosas, científicos censurados, el misterio de los objetos voladores no identificados, profecías y vaticinios, sociedades secretas, ecología, enigmas y soluciones para vivir física y espiritualmente sanos.


domingo, 8 de abril de 2012

LA COLUMNA DE HIERRO FUNDIDO INOXIDABLE DE NUEVA DELHI

En el patio de la mezquita de Quwwat ul Islam, cerca de Delhi, se alza una columna de siete metros y seis toneladas de hierro fundido que no se oxida. Es una prueba del alto nivel técnico alcanzado por los herreros en las antiguas civilizaciones que poblaron la India.

Moneda con la figura de
Chandragupta II, hijo de
Samudragupta y nieto de
Chandragutpta I.
Tiene 7 metros de altura, 1,5 de diámetro y pesa 6 toneladas. Esta columna se dice que fue erigida en tiempos del rey Chandragupta II Vikramaditya (375–413), aunque otros expertos la datan en fechas anteriores en torno al 912 a.C.

Es de un hierro muy peculiar: pese a los avatares sufridos se encuentra en perfecto estado de conservación, como si por ella no hubiera pasado el tiempo. Se la conoce por “El Pilar de Hierro” y ha despertado el interés de profanos y especialistas en cuanto a sus cualidades, fecha y rareza.

Tiene por tanto más de mil seiscientos años de antigüedad y aunque pueda parecer sorprendente, su aspecto sigue siendo el mismo, pese a ser de hierro. James Prinsep, un arqueólogo británico descifró en 1838 la inscripción que tiene la columna que hace referencia a un rey llamado Chandra, que venció con su espada en la batalla a los países Vangas (golfo de Bengala)y conquistó a los Vahilakas.

Ubicación de esta obra maestra
En las afueras de la capital de la India, hacia el sur, se hallan las ruinas de la que fue la primera ciudad islámica. En el patio del templo de Qutub Minar, en Nueva Delhi, se levanta la Torre de la Victoria, el minarete islámico más alto del mundo, con 72,5 metros de altura que empezó a edificarse en el siglo XII. La imponente figura de la Torre de la Victoria se va estilizando a medida que asciende hasta el cielo: empieza con un diámetro en la base de 14 metros y termina en la cúspide con un estrechamiento de 2,50 metros. Simboliza el dominio islámico sobre la ciudad. La Torre tiene cinco niveles distintos, cada uno de ellos con una balconada. 

A los pies de la Torre se encuentra la mezquita de Quwwat-ul-Islam, en cuyo patio está este extraño un pilar de hierro forjado con una aleación que no permite la oxidación. Esta mezquita, al parecer, es la primera que se construyó en la India. Una inscripción sobre su puerta oriental informa con tono arrogante y casi desafiante que fue edificada con material obtenido de la demolición de 27 templos idólatras.

El Pilar de Quwwat ul Islam en
 Delhi tiene más de 1600 años,
7 metros de alto, un diámetro
 de 1,5 y pesa 6 toneladas.
En el patio de esta mezquita se encuentra ubicada la columna. Fue puesta allí hacia el siglo V, aunque según se deduce de la leyenda en sánscrito que aparece grabada en la misma, podría proceder de otro lugar y ser muchos siglos más antigua. En dicha inscripción no se explica el proceso de fabricación llevado a cabo para erigir la columna. Sin embargo, sí se aportan una serie de pistas que podrían despejar parte del misterio.

Los investigadores indios han propuesto que la columna de hierro inoxidable fue efectuada mediante un proceso conocido como "soldeo de fragua". Para ello, se habrían colocado uno sobre otro hasta 200 cilindros sólidos de hierro fundido que habría sido sometido a un eficaz proceso de tueste y fundido con carbón vegetal. Aun así, resulta difícil explicar cómo consiguieron la pureza de la columna, cifrada en el 99,78%, algo que nuestra metalurgia actual puede obtener, pero que se antoja más complejo comprender que se consiguiera en aquel tiempo.

Aún más difícil es explicar por qué no ha sufrido oxidación alguna. Durante los últimos años, la proliferación de agentes corrosivos y agresivos en el medio ambiente de la capital hindú ha ido en aumento de forma espectacular. Pese a ello, el hierro no ha sufrido las previsibles consecuencias de encontrarse en el corazón de una de las ciudades más contaminadas del planeta.

Máxima extensión del Imperio Gupta.
Hay quien añade más misterio al asegurar que es una especie de iceberg férreo, del que sólo se ve una tercera parte. Dicen que, en realidad, no tiene siete sino 18 metros de altura y un diámetro de 41 centímetros en la base y de 30 en la cima. La columna visible no sobresale del suelo más que 6'60 metros. Se podría decir que está férreamente asentada al terreno. Tal vez eso justifique la inscripción profética en sánscrito que tiene en su base: “Mientras yo me sostengo, se sostendrá el reino hindú”.

El pilar tiene una inscripción en la que, entre otras cosas, explica que fue construido como un homenaje al dios Visnú y en memoria del rey Chandragupta II, El Grande (siglo V d.C.) amante de las artes y coronado por una imagen del dios Garuda. Así que ya tenemos la fecha de su edificación. No es el “Pilar de Asoka” como erróneamente figura en muchos libros, ya que el emperador Asoka nació en el 304 a. C. y los pilares que erigía eran de piedra pulida y tienen un león en la cúspide.

Inscripción en la columna de hierro
inoxidble descifrada en 1838.
La columna posee un chakra en la parte de arriba, y estuvo una vez situada en un lugar llamado Vishnupadagiri (colina de las pisadas de Visnú), donde la columna se usaba para estudios astronómicos. Ha sido identificado como la moderna ciudad de Udayagiri a 50 km al este de Bhopal, en el trópico de Cáncer.

La mezquita, en cuyo perímetro se ubica la columna, se construyó en el año 1193 y está considerada la primera que se construyó en la India, pero el pilar es como mínimo del año 400 d.C. lo que quiere decir que el templo se construyó alrededor de esta columna que ya se debía considerar sagrada. Su primer sultán, Qutb Ud Din Aibak, construyó dicha mezquita que, junto con algunos edificios cercanos, es lo único que sobrevive de aquella vieja ciudad. La pena es que los conquistadores musulmanes demolieron 27 templos hindúes y jainistas que se encontraban en los alrededores y utilizaron fragmentos de ellos para la construcción de la mezquita. Tan solo respetaron el pilar de hierro. ¿Por qué? Es lógico deducir que algo vieron en esa columna para conservarla a pesar de tanta barbarie.

En primer plano el Pilar de 
hierro y detrás la Torre de
la Victoria con 5 pisos y 
mide 72,5 mts. de altura.
Sobre el año 320 es cuando comienza el imperio de los Gupta (uno de los mayores reinos políticos y militares de la historia de la India) y bajo los sucesivos reinados de Chandragupta, Samudragupta y Vikramaditya, la India del norte accedió a una especie de edad de oro cultural. Es la época en la que se puso fin a la redacción de las grandes epopeyas hindúes, como son el Mahabharata y el Ramayana y es la época de los famosos y espectaculares frescos budistas de Ajanta. Es un imperio que llega hasta el 575, año que empieza su decadencia. Ese siglo VI marca para la India del norte el nacimiento de una Edad Media semejante a la que conoce entonces Europa. Dividida e invadida, la India sólo recuperará su unidad con el advenimiento del imperio mongol.

Como recuerdo de aquella época nos queda esta prodigiosa columna de hierro que, desafiando el paso de los siglos, apenas tiene vestigios de herrumbre. Es uno de los fenómenos metalúrgicos más curiosos del mundo. En Europa no se pudo construir ni una sola pieza de un tamaño similar hasta finales del siglo XIX. Como se sabe, el hierro se oxida con facilidad y mucho más en un clima tan húmedo como el de Delhi con sus periódicos monzones. Según el Mahabharata, Delhi sería una de las ciudades más antiguas del mundo, ya que su historia se remontaría más de 3000 años en el tiempo.

Se ha dicho, para intentar explicar el misterio, que en realidad el pilar sí que se oxida. En la zona que la gente frotaba sus manos o su espalda no hay señales de oxidación, en cambio sí existe dónde los fieles no llegaban. No es del todo verdad. En algunos puntos muy concretos hay signos de oxidación, pero escasísimos si tenemos en cuenta que estamos hablando de una columna de hace 1600 años y que han variado sustancialmente las condiciones de contaminación del área, con los gases sulfurosos del excesivo tráfico de Delhi y la industria de los últimos años. Desde 1997 se le colocó un cerco a la columna de hierro para evitar que sea dañada por los turistas.

"Mientras yo me sostengo, 
se sostendrá el reino hindú".
Hace muy pocos años, un investigador indio llamado L. Daswani encontró referencias antiquísimas, escritas sobre hoja de palmera, donde antiguos habitantes de la India explicaban el proceso para obtener aleaciones de hierro inoxidable. Dichas fórmulas no tienen nada que envidiar a las actuales. Recientes investigaciones efectuadas con microscopios electrónicos han puesto de manifiesto que se trataría de algo parecido a un barniz antioxidante que estaría formado por una combinación de ácido tánico con resinas sintéticas. Curiosamente, este tipo de barnices antioxidantes han sido recientemente comercializados. Son un logro de la sociedad moderna. Sin embargo, los hindúes conocían sus secretos muchos siglos atrás.

Al respecto, un informe emitido por los metalúrgicos del Instituto Indio de Tecnología de Kanpur, el 18 de julio del 2002, dice: “Durante los tres años siguientes a la erección del mismo se habría formado, de manera natural, una fina capa de "misawite" compuesto de hierro, oxígeno e hidrógeno, que protege el pilar del hollín. La protección se formó por catálisis, gracias a una concentración importante de fósforo, debida a la fabricación del hierro por los antiguos indios que mezclaban directamente el mineral con carbón de leña. En otras palabras, el secreto de esa aleación es que contiene una inusitada proporción de fósforo. El hierro actual posee un 0,005% mientras que el material de esta columna contiene un 0,25%. De esta manera, el fósforo crea una película capaz de quemar el oxígeno exterior y proteger el conjunto de la corrosión y los estragos del tiempo. El hierro así tratado es más resistente y duradero”.

Lo que no han señalado estos expertos es cómo pudieron conocerse tales técnicas en tiempos tan remotos. Por cierto, las aleaciones a las que Daswani hace alusión son las que al parecer se empleaban para la fabricación de las vimanas.

Al parecer el pilar de hierro estaba allí antes del 1193 d.C., cuando se construyó la mezquita, y por la leyenda en sanscrito que figura en la columna se sabe que la columna fue trasladada desde otro punto de India hasta Nueva Delhi. Y según se desprende de la lectura de la citada inscripción, la columna estuvo en tiempos remotos coronada por una efigie de Garuda, el vehículo del dios Visnú. Se trata de una de esas fantásticas aeronaves del pasado indio, las llamadas vimanas, "naves aéreas" que parecían dotadas de una extraordinaria tecnología y de las que hablan los textos sagrados de la antigua India.

Otras raras pilastras
Si sólo hubiera una columna de esta clase podría tratarse de una rareza y su falta de oxidación se podría explicar a varias causas, entre ellas a que haya sido engrasada con los años para mantener ese aspecto con un barniz antioxidante formado por una combinación de ácido tánico, grasa de cerdo y resinas sintéticas. Pero resulta que hay más.

Es como si hubiera existido una fábrica metalúrgica en el pasado que se encargó de hacer estas columnas con unas aleaciones especiales que resisten sin problema alguno el paso del tiempo sin oxidación, estén en zonas secas o húmedas. Se fabricaron multitud de columnas de hierro, con igual calidad, aunque no tan conocidas como la que aparece en el patio de Qutub Minar de Delhi. Incluso existen antiguos textos que hablan de cómo se elaboraban estas extrañas aleaciones.

El escritor hindú Subramanyan Iyer dedicó su vida a descifrar la escritura de las hojas de palmera en los pueblos de su Karnataka natal. Estas hojas era el soporte de los antiguos sabios para plasmar sus conocimientos científicos. En la localidad de Anekal descubrió unos textos en sánscrito antiguo que versaban sobre aleaciones de metales y su aplicación a los cascos de las aeronaves o vimanas. Basándose en esos textos, C.S.R. Prabhu, director técnico del Centro Nacional de Informática, pudo fabricar en 1991 cinco de las aleaciones descritas susceptibles de aplicarse en la metalurgia moderna, según comenta el investigador Robert Goodman. El doctor L. Daswani, de la Universidad de Bangalore, reveló que unos textos científicos encontrados en esas hojas de palmera proporcionaban las fórmulas exactas para hacer distintos tipos de aleaciones de hierro inoxidable con un contenido de este mineral de hasta el 99,5%. Una buena pista para explicar el misterio del hierro inoxidable.

Una de estas columnas se encuentra en las laderas de la colina piramidal de Kudasaadri, a unos 150 kilómetros al noroeste de Bangalore, en el estado de Karnataka, al sur de la India. Esta montaña, situada a 1.450 metros sobre el nivel del mar, está horadada por numerosas cuevas donde los rishis han pasado largas temporadas en estado meditativo buscando el satori o iluminación. Se trata, por tanto, de un lugar sagrado. La colina está cubierta de una densa foresta que recibe anualmente varios litros de agua y en su falda existe un único santuario cuya entrada está flanqueada por una extraña columna rectangular de hierro que ha resistido, a pesar de las lluvias, la inevitable corrosión de los siglos. La columna tiene 9,76 metros de altura. De ella se cuenta que el maharajá de Mysore mandó excavar alrededor de ella con el objetivo de buscar el otro extremo subterráneo. Cavó y cavó y tuvo que abandonar la empresa meses después ya que no encontraba el dichoso final, lo que atribuyó al designio de los dioses. Algo que parece ser común a columnas similares como la de Delhi.

El valle, que se encuentra a los pies de la montaña piramidal de Kudasaadri, aloja un templo dedicado a Sri Mookambika, considerada la Madre Universal y la Madre de todas las madres Divinas en el panteón hindú. Muchos no creen que sea casual y han buscado sus interpretaciones místicas diciendo que la columna serviría de catalizador para atraer la energía divina a la zona y así proteger a los devotos de la diosa. Buen argumento para una película de Indiana Jones.

Otras columnas de hierro estarían en los templos de Puri y Konarak, ambos en zonas costeras. El templo del dios Jagannath, en la localidad de Puri, tiene una enorme viga de hierro como parte de su estructura. El templo de Konarak también posee una gran viga similar de 35 pies de largo (10,66 metros), con un espesor entre 9 y 11 pulgadas, vigas que también han resistido la corrosión perfectamente. Otra está en Dhar o Dhara, una ciudad en el estado occidental de Madhya Pradesh, la India central. Aún hoy se puede ver un enorme pilar de hierro, compuesto de tres piezas, próximo al Jama Masjid, en Dhar, de aproximadamente el doble de altura de la columna de Nueva Delhi. El Lat Masjid, o Mezquita del Pilar, fue construido por Dilawar Khan en 1405 con los restos de los templos Jainistas. Deriva su nombre de un pilar del hierro de 13,10 metros de alto, instalado originalmente al principio del siglo XIII en conmemoración de una victoria bélica, el cual ahora lamentablemente está tumbado y roto en tres partes. Existe otra columna similar en el Monte Abu, el centro de peregrinación de los jainas más famosos. En uno de los templos de Delwara es donde está este pilar cuya altura es de 3,65 metros.

Es interesante saber que la mayor parte del centro de la India formaba parte del Imperio Gupta (300-550 d.C.), que es cuando se realizan la mayoría de estas columnas, hasta que a principios del siglo VII se incorporó a los dominios del emperador Harsha.

Como dato curioso del gran avance metalúrgico en la Antigüedad, hoy en pleno siglo XXI, solo cuatro fundiciones en el mundo están en condiciones de producir un Pilar de Hierro como el de la India.

En Europa también, existe una en Alemania
Columna de hierro en Kottenforst,
en Bonn, Alemania. Mide 1,20 metros.
Afortunadamente llegó un pilar de hierro hasta nuestros días. Está situado en los jardines de Kottenforst, en Bonn (Alemania). Allí se encuentra una columna cuadrada de hierro, denominada, a nivel popular, “Hombre de Hierro”.

Como se pueden imaginar, no presenta casi señal alguna de herrumbre. No tendría la menor importancia si no fuera porque es mencionada por vez primera en las crónicas del siglo XV como divisoria de caminos, marcando el límite del mercado local, una calzada de piedra y un acueducto, siendo su antigüedad probablemente mayor. Al contrario del pilar de Delhi, este es áspero, poroso e irregular, mide cerca de 1,20 metros en su parte visible. El ancho de sus caras varía entre 21 centímetros y 10 centímetros, promediando los 15 centímetros.

El pilar cerca de Bonn se prolonga
30 metros bajo la superficie.
A pesar de estar en un bosque, no presenta rasgos de corrosión, óxido o crecimiento de moho. Se ha analizado su composición y contiene proporciones de carbón, manganeso, fósforo, silicio y sulfuro. Es un misterio como fue elaborado, como mínimo en el siglo XIII y se sospecha que es muchísimo más antiguo.

Las mediciones de resistencia magnética indican que la columna de Alemania se prolonga 30 metros bajo la superficie, algo similar a lo que ocurre con la columna esférica de Qtub Minar y la de Kudaasadri. Estos hechos son otro de los síntomas de algo que cobra fuerza: que el remoto pasado contó con unos conocimientos técnicos y metalúrgicos mucho más avanzados de lo que la “Ciencia oficial” nos hizo creer. Conocimientos que recién ahora la ciencia moderna ha logrado equiparar.

Aquí dos videos sobre el Pilar de Delhi y la mezquita donde está ubicado.



No hay comentarios:

Publicar un comentario